viernes, 1 de abril de 2022

EL SUPLICIO DE SÍSIFO Y EL AIRE DE DURANGO

 

He rescatado un artículo firmado por Manuela Diaz, corresponsal del El Correo en Durangaldea, acerca de la contaminación del aire que respiramos en Durango de fecha 12.11.2017, es decir de hace 4 años y medio aprox. Era tal el clamor popular, que por otra parte ya venía de mucho tiempo atrás, que por fin el Gobierno Vasco al verse reflejado en los papeles (importante motivo de motivación para los políticos) suelta a sus lebreles del Departamento de Medio Ambiente (no me extraña ya nada que muchas personas lo quieran Entero) que "se han juramentado para tener un informe que verá la luz para finales de ese año", o sea que darán con el origen del problema en mes y medio.
¿Uds. han visto que haya aparecido un informe señalando con pelos y señales el origen del fenómeno descrito y lo que es más importante que se haya solucionado el mismo?.
El problema que visto lo visto y olido lo olido tiene su origen en unas empresas cuyo número es menor que los dedos de una oreja hasta el punto que me atrevería señalar que se encuentra entre una fundición y en la llamada coloquialmente la papelera, cuyos maduros procesos de fabricación se conocen desde hace un montón de años, y por lo tanto los componentes químicos que utilizan en sus procesos, resulta que un departamento tan potente en plantilla como el citado y al parecer no tanto de sapiencia, no ha sido capaz de señalar con nombre y apellido el autor o autores de tales emanaciones. Así las cosas ¿como entender este grado de ineficacia que en este específico asunto viene de casi 5 años atrás (más lo mucho que rondaba desde hacía casi desde la creación de ambas empresas).
Pues la explicación puede venir dada por el sumatorio de varias razones, cuales son : la ineficacia del citado departamento que ha derivado en una inoperancia colosal, la entente cordiale entre nuestro gobierno y la propiedad de los sospechosos, sin olvidar por un momento que "el mal aire que respiramos en muchas ocasiones cuando soplan vientos del oeste o noroeste, no tiene ninguna penalización aunque merme calidad de vida, porque no se contempla ese tipo de problema en la legislación vigente" y las empresas conocedoras de esta poco o nada exigente normativa sobre el tema hacen de su capa un sayo a la voz de que "aquí me las den todas".
Item más. En las mismas fechas el Gobierno vasco "insiste en que llevan estudiando el foco del olor y los fallos del medidor de San Roke desde finales de setiembre de 2.017 instalando una unidad móvil para determinar los parones que se producen en la instalación de control de San Roke", concluyendo con una sentencia que merecía ser recordada para los restos y que decía exactamente que " estos desajustes no modifican la calidad del aire" y eso lo dijo el Director de Administración Ambiental del Ejecutivo autónomo supongo en un rasgo de ingenio que "pa qué".
Pues nada, ahora Iurreta que hasta el momento se hacía la moto ante el problema (piensen mal y es casi seguro que acierten) parece que ha unido fuerzas con Durango para ver de urgir a nuestra lenta e ineficaz Administración a poner coto al problema, aunque tengo para mi que si la legislación no contempla imponer sanciones importantes que pudieran incluso llegar a clausurar la o las fábricas responsables del desaguisado, acabaremos como siempre hablando de pájaros, flores e incluso de fútbol, que es lo que se lleva.


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