Dicho en corto y por derecho, la falacia es un razonamiento que tiene de correcto solo la apariencia. Es por tanto un argumento falaz que en el fondo pretende, o persuadir o manipular o ambas cosas a la vez. Cuando los que las manejan son hábiles (y en la clase política abundan) resulta que los planteamientos que presentan son tan sutiles como persuasivos.
Esta forma de intentar manipular la verdad no es nueva - como tantas cosas con apariencia de lo mismo y que son tan viejas como el mundo - porque de ella ya trataba Aristóteles y de eso hace ya la friolera de 2.400 años y es que una vez más tratándose de cuestiones del intelecto no hay cosas nuevas bajo el Sol.
Mucho más recientemente se atribuye a Voltaire una expresión de enorme utilidad práctica que dice que "lo mejor es enemigo de lo bueno", cita que puede parecer un tanto confusa pero que encierra una gran verdad y que es de un enorme valor práctico ya que desarma los tantos y tantos planteamientos falaces con los que cada día nos bombardean (sobre todo la llamada clase política) en un intento de llevarnos al huerto de cuyos productos se alimentan.
Esa cita consiste en rechazar una idea o una acción comparándola con otra mejor, cosa que en muchas ocasiones resulta resulta o inalcanzable o incluso imposible. Por eso la búsqueda ilusoria de la excelencia en una determinada cuestión irrealizable hace que se desprecie una buena solución que la consideramos como eso, como simplemente buena ....pero no la mejor. Así que defiéndase, amigo o amiga y no se deje llevar de la mano de tanto falsario que anda suelto por el mundo con la idea de llevarnos a su huerto.
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