sábado, 18 de marzo de 2023

EL TULIPÁN Y LA MANTEQUILLA

Agra S.A. es una empresa situada en Lamiako, del grupo holandés Unilever, en la que por cierto trabajó en su dia mi mujer Charo como secretaria. Unos neguriticos de la saga de los Guzmán participaban en el accionariado de la empresa, que ahora no se, pero entonces fabricaba un sucedaneo de la mantequilla llamado Tulipán y la sabiduría popular de la zona acuñó un estribillo que decía : Unte el pan con Tulipán para que los hijos de Guzmán lo unten con mantequilla.
Esa forma diferenciadora de entender "los derechos humanos", aunque sean en la versión gastronómica, reflejada en el estribillo popular más arriba descrito, viene de lejos. Desde que el mundo es mundo. 

En esos barracones desmontables, el de la foto de más abajo,  localizados cerca del tajo, llegaban a dormir en la Arboleda hasta 250 mineros en los más grandes de ellos en "camas" consistentes en una simple tabla sobre el suelo que se denominaban "camas calientes" ya que estando trabajando los mineros a relevos nunca estaban desocupadas, vacias. 

Suciedad, abandono, unos miserables ventanucos - como se aprecia en la foto - eran todo el sistema de aireación existente, el hacinamiento, la carencia de agua asi como de retretes y lavabos hacían que proliferaran enfermedades contagiosas que fueron denunciadas repetidas veces por profesionales de la medicina. Por dormir en esas pocilgas tenían incluso que pagar a los capataces afines a los patronos mineros. En resumen, las condiciones de habitabiliadad no eran válidas ni para los cerdos.
 

 


Esa era la parte del "tulipán". La de la mantequilla queda reflejada en otro barracón/palacete cuya imagen pueden ver más abajo, perteneciente a propietarios de algunas explotaciones mineras de Triano, situado en Neguri y que sin duda reconocerán, cuna de las clases económicas bizkainas hasta hace muy pocas fechas.

 

 

37 personas trabajaban en este palacete propiedad del titular de explotaciones mineras bizkainas al servicio de sus señores dueños. Mayordomo, institutrices, doncellas, amas de llave, cocineros, profesores de ingĺés y francés, jardineros, costureras, modistas, monitores de navegación a vela, chóferes (entonces les llamaban mecánicos, hábito este que todavía en los años 90 del pasado siglo utilizaba un patrón neguritico con el que trabajé) y algún oficio más que seguro que me dejaré.
Estas abismales diferencias de clase que a buen seguro a los que estaban en la parte superior de la pirámide social les parecerían de lo más normal, fueron las que dieron origen a movimientos populares importantes que lamentablemente no fructificaron en la medida de lo deseable para la clase oprimida, claro.
Ya no quedaran supervivientes de aquellos trabajadores de la minería, pero de haber existido hoy podrían decir al ver esa mansión "mira, en esa construcción se encuentra el origen de muchas de nuestras desdichas y sudores".
Han trascurrido desde aquel entonces más de 100 años y las diferencias de clase han tomado otros aspectos. Aviones privados, mega yates, inmensas cantidades de dinero en paraisos fiscales... Vamos, que los desfavorecidos de la fortuna no duermen ya como aquellos mineros, pero casi. Y es que el mundo ha rodado y sigue, bajo esos parámetros.

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