lunes, 5 de enero de 2015


Entrega 17ª. EL UNIVERSO

LAMAÎTRE, sacerdote y astrofísico belga apuntó en 1.927 que el universo se encontraba en expansión desde su inicio, luego yendo hacia atrás tuvo que haber un momento en que toda la ingente masa del universo estaba concentrada en un átomo de densidad infinita, átomo que después se  denominó "huevo cósmico". En nuestra galaxia la Vía Láctea, existen entre 100.000 y 200.000 mil millones de estrellas y esta Vía Láctea es solo una y no de las más grandes galaxias que se calcula que hay en el universo, cuyo número se cifra en 100.000 millones y suponiendo que el nº de estrellas que estas contienen sea similar a los de nuestra galaxia, nos encontraríamos con que su número en el universo sería de 20.000.000.000.000.000.000.000. Nuestra estrella el Sol, siendo 109 veces mayor que la Tierra no pasa de ser una estrella de mediana magnitud, por lo que hace falta un gran imaginación para poder situarse en la masa conjunta del número de estrellas citadas. Y ese huevo cósmico era el universo en si, no existía otra cosa, que es otro término imposible de imaginar el ¿que es la nada?
La teoría de Lamaître provocó una gran conmoción en el mundo científico negando rotundamente tal hipótesis, hasta el punto que mentes de la capacidad de Albert Einstein se opusieron frontálmente a ella, argumentando que la dinámica del universo era inalterable, es decir, estable, lo que venía a suponer que siempre había existido con la dimensión entonces conocida.
 El matemático ruso A.Friedman consiguió demostrar 5 años antes, en 1.922, que un universo estable no era posible, por lo que necesariamente tendría que experimentar o bien una expansión o una contracción.



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