EL POLITIQUEO Y LOS GASES

La política, aunque más preciso sería decir el politiqueo, es como los gases.  Estos  tienden a ocupar todo el volumen del recipiente que los contiene, en tanto que el politiqueo tiende a ocupar todos los espacios de la sociedad que puedan suponer una cota de poder con un sentido de la propiedad que en puridad no les corresponde ni de lejos, con la clara intención de utilizarlo en beneficio de sus intereses de partido. Aquí, que estamos poliqueteados hasta las cachas, somos un ejemplo de manual hasta el punto de que ni las entidades deportivas escapan a esa ley no escrita. El actual presidente de ese club de fútbol que es de toda Bizkaia y no de el ni de ningún partido político, aunque ambos  se comportan como si así fuera, ha estado deshojando la margarita de su presentación para el nuevo mandato presidencial apelando de manera confusa, como en el es habitual, al posible tutelaje del PNV. Y cuando inocentemente algunos creíamos que no lo deseaba, lo que realmente estaba pidiendo sibilínamente era el espaldarazo del partido guía sin cuyo apoyo, nada ni nadie se mueve en este país de nuestras entretelas y una vez obtenido se ha lanzado abiertamente a la palestra. Nos quejamos con amarga razón de que la llamada transición política de 1.978 nos dejó un sistema bipartidista que desde entonces se han venido turnando en el poder, con el resultado que a la vista de todos está. Pero aquí, que por algo somos diferentes y mejores, un respeto, hemos rizado el rizo y hemos ido más lejos, imponiendo el sistema de monopartido.