LA COSTUMBRE DE LA CORRUPCIÓN

Se están sucediendo con tal profusión y continuidad las noticias sobre los casos de corrupción en este país, que están llegando a formar parte de la vida cotidiana. Nos está ocurriendo como al que a base de pasar por una zona conocida acaba no viéndola. El auto demoledor del juez Ruz acerca del dinero negro que se ha venido manejando durante 18 años - y no se si se sigue - en el Partido Popular, no ha merecido mucha atención, pese a que según la ley que interesadamente pusieron en marcha el PSOE y el PP y que ha estado en vigor hasta el 2.012, no existe, para más inri, responsabilidad penal alguna para este tipo de manejos para los dirigentes de los partidos pillados en fuera de juego por esta clase de delitos. Los que se cargan con el marrón son los gerentes y tesoreros de turno, personajes que viendo por otra parte el riesgo que corren, y el tipo de gente que les rodea, se hacen un auto seguro, metiendo la mano en la caja. 

Por cosas como estas, habiendo mentido además como bellacos en cuantas comparecencias públicas han realizado tanto el Presidente de la nación como la del partido que nos ocupa, cuando se han referido a este asunto, e incluso por otras de menor entidad, en otro tipo de países los mandamases políticos dimiten y son además estigmatizados. Aquí no pasa nada, se ve que nos hemos acostumbrados. Tampoco es para pasar por alto a que tipo de personas, - hasta donde se sabe - iban destinados parte de esos fondos. A el director de un banco, a un gurú político y a una presentadora de TVE. ¿que pretendían los pagadores por esas gabelas?. Pues pónganse en lo peor y lo más probable es que acierten. Y todo ello sin olvidar que los que alimentaban la caja alguna contra prestación tendrían, a la voz de, ¿que hay de lo mio?.