"Si se silba el himno nacional, se suspende el partido y se juega a puerta cerrada", manifiesta esa incombustible política que es Esperanza Aguirre acerca de la final de la Copa de fútbol que jugaran el Athletic de Bilbao y el F.C. Barcelona. Los mexicanos tienen un refrán que dice que cuando toca, ni aunque te quites y cuando no, aunque te pongas. El PP está venga ponerse con declaraciones de la entidad como las que nos ocupa y claro, no da una, por mucho que esté intentando ponerse.
En este caso, pocas burradas alcanzarán el tamaño de esta. Pongámonos en situación. El himno nacional suena, el público lo silba, el partido se suspende, las fuerzas del orden público mandan amablemente desalojar del recinto a 90.000 personas y estas disciplinadamente abandonan el campo y los jugadores de ambos equipos, y supongo que también sus majestades, continúan en solitario su papel. Que en buena medida cuando se desatan las campañas electorales los políticos tienden, y lo consiguen, instalarse en la senda de las declaraciones bufas, es un hecho incuestionable, pero hay declaraciones y declaraciones. Esta por ejemplo es del mismo rigor intelectual de cuando la misma señora en aquel momento Ministra de Educación y Cultura, dijo refiriéndose al premio Nobel Saramago, Sara Mago cambiándole de sexo y apellido en un plis plas, sin levantar una ceja.
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