A medida que va transcurriendo el tiempo van apareciendo nuevas luces en este malhadado asunto de este pseudo-proyecto vasco del automóvil utilitario eléctrico denominado HIRIKO.
Como consecuencia del cambio de cromos que supuso el apoyo del PNV a la aprobación de los presupuestos generales de Zapatero, se recibieron del orden de 20 millones de euros que sumados a los 2,6 que aportó el GV sirvieron para poner en marcha esa farsa que ha resultado ser este asunto.
Que los que componían la sociedad no tuvieran ni repajolera idea del sector, que casi todos los componentes de la misma fueran personas afines al partido citado, que no se siguiera un camino ortodoxo previo antes de empezar la fase industrial, cual era el de determinar a través de un estudio de mercado la presunta viabilidad comercial del proyecto, que los gigantes del automóvil tuvieran aparcado este tipo de proyectos, eran como señales de humo que apuntaban que el objetivo finalista del proyecto no era otro que el de meter la mano en la caja. Había no obstante que vestir el muñeco y a tal fin se construyeron varios prototipos en un intento de hacer que se hacía. Ahora como descargo de su gestión los portavoces del PNV, manifiestan por un lado que los responsables del fiasco son los miembros componentes de la sociedad y por otro que las patentes y marcas quedan como patrimonio del pueblo soberano.
Con lo cual dicho esto, que quedará redondeado cuando la Consejera de Desarrollo Económico y Competitividad venda los restos del naufragio para lo cual, como anunció hace más de un año, solo hace falta que acepte las dos ofertas de compra que decía tener, pues aquí no ha pasado nada. Tan pitxis.
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