domingo, 19 de agosto de 2012

CAMINO DE SANTIAGO, ORIGENES

El camino de Santiago tuvo su origen en la creencia de que en  tierras de Galicia se había enterrado (1) al apóstol Santiago, noticia que surgió en los albores de la reconquista  ( año 722. Batalla de Covadonga ). La siguiente noticia data  del siglo IX. A comienzos de dicho siglo siendo rey de Asturias Alfonso II el Casto ( 790-842), el obispo Teodomiro de la diócesis de IRIA FLAVIA ( hoy Padrón) “ descubrió” los restos de Santiago. En el hallazgo no faltaron “ni luces celestes ni revelaciones angélicas”. (Recordemos que Santiago el Mayor fue uno de los 12 apóstoles y que según la tradición evangelizó España y fue ejecutado  en Jerusalem por mandato de Herodes Agripa en el año 44 dC. También según la tradición sus discípulos lo enterraron en IRIA FLAVIA ! llevando el cadáver desde Jerusalen a Galicia !)
Junto a los restos citados, Alfonso II (cuyos dominios abarcaban entonces Galicia además de los de Asturias) mandó construir una iglesia, punto de partida de la actual catedral compostelana.
La noticia de que el cuerpo de Santiago el Mayor yacía en Galicia se propagó con gran rapidez por todo el mundo cristiano ( 2 ). En una sociedad sacralizada como lo estaba en aquel entonces, la aparición de reliquias en Santiago (en una época de tanta pasión por ellas) se convirtió junto a las peregrinaciones a Roma y Jerusalén en uno de los tres objetivos fundamentales de los peregrinos cristianos. La meseta Norte entre el valle del Ebro y el noroeste y las calzadas romanas entre Briviesca y Astorga mas el camino existente entre Astorga e Iria hacía innecesaria la realización de nuevas vías, por lo que la infraestructura viaria estaba lista. El cambio de la sede episcopal de IRIA a Santiago potenció también el desarrollo del camino de peregrinación que nos ocupa. Puesto en “marcha” el Camino, este se convirtió en una importante vía de penetración de cultura, gentes, oficios, formas arquitectónicas, corrientes de pensamiento....
Fue y sigue siendo un importante negocio. Téngase en cuenta que miles de peregrinos estaban y están moviéndose constantemente lo largo del Camino. A título de ejemplo baste por afirmar que en el año 2010, año santo por otra parte, por coincidir el día de Santiago en domingo, fueron 8 millones de peregrinos los que visitaron Santiago. Si bien no se puede afirmar que los 8 millones hicieron todo el Camino, sirva este dato como ejemplo para aproximarnos a la cifra de negocio de la que estamos hablando.
El camino a su paso dejó importantes obras : puentes, modelos de desarrollo de poblaciones (se construían a lo largo del camino a su paso por los pueblos), de los que quedan claros ejemplos, iglesias, hospitales, albergues y un largo etc. En resumen la” creación” del Camino se constituyó en una vía de penetración europea que tuvo una enorme influencia en el ” aggiornamiento “ de la península ibérica, sobre todo en la zona septentrional.
Sin embargo el Camino no tuvo a través del tiempo un plácido y armonioso desarrollo. Efectivamente a partir del siglo XIV y como consecuencia  de las guerras que se desarrollaban en Europa, más el efecto que causó una peste negra, la actividad del  Camino disminuyó fuertemente.
Durante el siglo XVI otro duro golpe vino a sacudir el Camino. La aparición del protestantismo y las guerras religiosas supusieron una fuerte merma en la  presencia de peregrinos. También la creciente inseguridad en la ruta como consecuencia de la proliferación de la delincuencia tuvieron un efecto negativo importante.
Los siglos XII y XVIII supusieron  una recuperación de la actividad en el Camino. Fue en esa época además en la que se desarrolló el barroco.
Sin embargo en el siglo XIX pareció que el final había llegado para el Camino. A finales del siglo, concretamente en el año 1884, León XIII  hechó un capote a la actividad en el mismo, declarando como auténticos los restos descubiertos en una excavación efectuada poco tiempo atrás, suponiendo que eran los restos de Santiago que habían sido escondidos ( no se sabía dónde) para evitar que fueran robados o profanados por los piratas ingleses.
Es decir, en 1884 se produce la segunda invención de las reliquias. Se revitaliza el Camino como consecuencia de tal declaración y se produce una eclosión en la afluencia de peregrinos a lo largo del siglo. Actualmente, las comodidades de los alojamientos, la publicidad, la facilidad de los desplazamientos , el disfrute de un mayor tiempo libre, el culto por el ejercicio físico, de un mayor nivel de vida y la renovada creencia de que efectivamente los restos venerados en la catedral son los de Santiago, están suponiendo un auténtico boom para el mismo.
Antes hacíamos referencia a que en el año 2010 habían visitado Santiago 8 millones de personas. Con un gasto medio, tirando por lo bajo, de 100 euros por cada uno de los visitantes, hace que la cifra de negocio durante ese año, derivada de la presencia de los citados peregrinos sea de 800 millones de euros, que en las antiguas pesetas suponen la friolera de 133.300 milones.
La idea del obispo Teódorico y la de Alfonso II el Casto habría que enmarcarla como una de las operaciones más brillantes de la economía mundial ya que esta cuenta con una antigüedad de casi 1.200 años.
        
( 1) . Fue un ermitaño cristiano llamado PAIO quien manifestó alrededor del año 813 al obispo gallego TEODOMIRO que había visto luces merodeando sobre un monte deshabitado. Hallaron una tumba en la que encontraron los restos de un cuerpo degollado con el cráneo debajo de un brazo.
 Jamás se han realizado sobre los citados restos (sobre los que se erigió lo que es hoy es la catedral de Santiago) prueba cientifica alguna, por lo que la autenticidad de los mismos ha sido puesta en duda en numerosas ocasiones.
 Es más que improbable, por otra parte, que el cuerpo de Santiago, que fue ejecutado en el año 44 dC en Jerusalen, primero fuera trasladado a España y segundo que " apareciera " casi  800 años más tarde bajo unas luces sobrenaturales.

( 2 ). El culto a las reliquias ha sido desde el comienzo del cristianismo un fenómeno de gran importancia bajo el punto de vista social, económico y cultural, atribuyéndose a las mismas características milagrosas, fueron además consideradas como una protección divina para las personas que las poseyeran y una ayuda para conseguir aquello que se consideraba inalcanzable. Poseer una reliquia suponía para sus poseedores, en el plano particular, una fuerza especial ante lo adverso y en el plano de la Iglesia disponer de una capacidad de convocatoria a su alrededor impresionante, hasta el punto de que muchas iglesias se construyeron como resguardo de tales pretendidas reliquias. El camino de Santiago y su catedral al final del mismo es buena prueba de lo indicado.  

        

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