El que fue director
general de la UNESCO, Sr. Mayor Zaragoza, ha animado a la sociedad a
actuar frente a la crisis económica, política y social. Critica la
pasividad y silencio con el que la sociedad a tratado situaciones tan
intolerables como "el no acometer la regulación de los
mercados financieros, el que las agencias de clasificación
especulen, la dependencia del petróleo, el que no haya debates
serios sobre la energía nuclear ni sobre los alimentos
transgénicos.. " y aporta como solución, dado el fracaso de los "los mercados", el
dejar de ser gobernados por los ricos.
Pese a ser un propuesta muy loable me temo que encierra en si misma idéntica problemática que la que tiene la construcción de las chimeneas, cuyo principal problema consiste no tanto en hacerlas, sino en ponerlas en pié.
Desde que el mundo es mundo y con breves excepciones, el pòder siempre lo han ostentado los que más bienes tenían, cumpliéndose además el axioma, de que a más dinero o bienes, más poder. Si en la época que nos ha tocado vivir, la concentración de riqueza es la más alta de la historia, habrá de concluir en que nunca su poder ha alcanzado cotas tan altas.
Pienso que ante la dificultad que entraña la propuesta del Sr. Mayor Zaragoza, nos queda confiar en que a veces ocurren cosas que la razón no vislumbra, por ejemplo la de una especie de coleópteros sobre los cuales las leyes de la mecánica niegan la posibilidad de que puedan volar y sin embargo ellos, ignorándola, vuelan.
Pese a ser un propuesta muy loable me temo que encierra en si misma idéntica problemática que la que tiene la construcción de las chimeneas, cuyo principal problema consiste no tanto en hacerlas, sino en ponerlas en pié.
Desde que el mundo es mundo y con breves excepciones, el pòder siempre lo han ostentado los que más bienes tenían, cumpliéndose además el axioma, de que a más dinero o bienes, más poder. Si en la época que nos ha tocado vivir, la concentración de riqueza es la más alta de la historia, habrá de concluir en que nunca su poder ha alcanzado cotas tan altas.
Pienso que ante la dificultad que entraña la propuesta del Sr. Mayor Zaragoza, nos queda confiar en que a veces ocurren cosas que la razón no vislumbra, por ejemplo la de una especie de coleópteros sobre los cuales las leyes de la mecánica niegan la posibilidad de que puedan volar y sin embargo ellos, ignorándola, vuelan.
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