Ante la amenaza que la
competencia del tren de alta velocidad supondrá a partir de su
puesta en marcha para el trafico de pasajeros de LOIU, el director
del aeropuerto manifiesta que “ tenemos que reducir el tiempo de
embarque para competir con el TAV” y para ello cita una serie de
acciones tendentes a hacer que el tiempo de presentación en el
aeropuerto sea menor que el actual, tales como, reservar plazas de
parking especiales, reducir el tiempo de paso por los arcos de
seguridad, evitar el enojoso tema de quitarse el cinturón ( siempre)
y los zapatos (ocasionálmente)..... reconociendo finalmente que los
usuarios demandan en definitiva que los controles se efectuen de
manera más ágil.
Toda esa declaración de
intenciones suena a defensiva, a reactiva, a que hay que hacerlas a
futuro
por temor a la competencia. Parece que no se tuviera clara esa máxima de
la gestión de la calidad, que no es otra que la mejora continua de los
procesos en busca de obtener en cada momento el máximo grado de
satisfacción en los clientes. Porque sino,¿como se entiende que
llevemos ya unos años con este procedimiento de seguridad que no ha
evolucionado – salvo a peor – en busca de la reducción del
exagerado tiempo de presentación ?
Rafael Hidalgo Segurola
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