OPOSICIÓN AL 15 M

 Toda la clase política sin excepción haciendo gala de un corporativismo a todas luces sospechoso, está aprovechando los graves incidentes producidos en el Parlamento catalán para segar la hierba bajo los pies del movimiento de indignados.
 ! Claro! ! Qué más quiere el ciego que ver!. Dan por sentado que ante la gravísima situación con la que nos despertamos cada día – de la que por supuesto ellos son absolutamente ajenos - hemos de permanecer inermes.
  Ineficacia, despilfarro, corruptelas, corrupción de alto nivel, cientos de políticos encausados, cinco millones de parados con los problemas que de ello se derivan y en contraposición, sueldos espléndidos, largas vacaciones, jubilaciones doradas, ausencia de paro en sus filas y un largo etcétera.
 De modo que ahora, apenas la gente saca los pies de las alforjas, la clase política que dice representarnos, aprovechando la empopada de lo sucedido en Barcelona claman contra los incontrolados - hay quien piensa que no tanto - asociándolos al 15M, echando barro sobre el mismo en un intento de desligitimarlo. Y es que en el fondo la clase política está adivinando en ese movimiento popular que se escapa a su control, un incómodo testigo. Por tanto harán  - en defensa de su clase - lo inimaginable con tal de que el movimiento muera apenas recién nacido, ya que sus poltronas y privilegios pueden estar en peligro. Es por eso en el fondo por lo que entienden que estaremos mucho más guapos  y ello más cómodos, si permanecemos sordos, ciegos, sumisos y callados.

Rafael Hidalgo Segurola