sábado, 18 de agosto de 2012

NO MERECEMOS ESTA CLASE POLÍTICA

 Que no somos un país de tradición democrática en el que la esencia de la misma esté encarnada en la conciencia del pueblo parece cada día más claro, porque en caso contrario no hubieramos dejado que la clase política hubiera convertido el régimen político del pais en una partitocracia. Los dos partidos mayoritarios se alternan en el poder accediendo a el a través de listas cerradas con las que se garantizan la absoluta fidelidad de los elegidos. Los candidatos así premiados ya han hecho su carrera.  
 Esa elección no tiene en cuenta las capacidades profesionales de las personas elegidas, sino su habilidad para  pasar la mano por el lomo de los mandamases y su total sumisión a las consignas emanadas de la dirección. Como ambos partidos llevan a la práctica el hoy por tí y mañana por mi, fijan en el parlamento, senado, diputaciones y ayuntamientos, las condiciones laborales  - salarios, dietas, vacaciones, jubilaciones, cesantías, retenciones de IRPF,...que les viene en gana, que están por supuesto fuera y por encima del mercado. El poder judicial, cuya independencia del poder ejecutivo y legislativo debe imperar por encima de todo, elige sus miembros en función de los escaños que los partidos tienen en el parlamento, con lo cual se garantizan la sumisión de la Justicia a los intereses de los partidos. Toda esa situación, perfectamente diseñada, lleva a la ciudadanía, viendo los continuos ejemplos de impunidad ante actos de prevaricación, latrocinio, tráfico de influencias, forma de financiación de los partidos, abuso de poder, enchufismo, nepotismo,falsificación de documentos públicos, evasión de capitales, fraude fiscal y las amnistias que las bendicen, la no devolución de las cantidades robadas,los impúdicos ejemplos de los mandatarios de la cajas de ahorro, los indecentes salarios y prebendas de los altos dirigentes de la gran banca, el derroche de lo público, la inoperancia de los responsables,la falta de dimisiones ante hechos flagrantes.Si a todo esas cuestiones se añade la incompetencia para definir un modelo productivo, un plan de educación que dure años, la definición de un plan energético y otro para el agua, de una política de innovación sostenida en el tiempo, que les hace  lleva a la ciudadanía decía, a un hastio, a una desesperanza, a una abulía y hasta un abandono de sus funciones de vigilantes del sistema, vista la, repito, impunidad  de los actos que realizan los políticos y mandatarios del pais, que tiran la toalla toda vez que entienden que el sistema está tan ferreamente montado por esa malhadada clase política que cualquier esfuerzo por modificar ese estado de cosas supondría un esfuerzo baldío y así no hay pais que funcione, de ahi que desde por encima de los Pirineos nos miren como nos miran.






 

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