sábado, 18 de agosto de 2012

 LA SAL

  Suele decir un amigo que a este país, refiriéndose a Euzkadi, le salvará la gastronomía y si duda los gurús de la cosa - los de las raciones escasas - quizá haciendo suya esta idea y pensando que fuera de la innovación no hay futuro, se han lanzado desde hace ya algún tiempo a descubrir nuevos matices del paladar y han reparado en que la humilde sal, el cloruro sódico de siempre, podría ser objeto de revisión.Y dicho y hecho, hasta el punto que uno no se explica como hemos podido sobrevivir hasta el momento en base a la sola utilización de la llamada sal de mesa y a la marina gruesa típica de los asadores, existiendo esos tipos de sal como, la del Himalaya en sus diversas variantes, la inglesa, la canaria, la de Ibiza, la de Torrevieja ... y últimamente la de Salinas de Alaña con la que parece ser que se ha rizado todo lo rizable cuando varios chefs vascos se han reservado una parcela de la misma para asegurarse su aprovisionamiento.
 Los habitantes de algunos paises, tales como Etiopia, Somalia, Chad, Angola, Niger, Mali....por citar solo unos cuantos, de conocer esta fina percepción de nuestros paladares no saldrían de su asombro. Y es que no es para menos.

Rafael Hidalgo Segurola

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