LOS 100.000 MILLONES

Estamos asistiendo a la ceremonia de la confusión en lo que respeta a la evolución de la prima de riesgo y a las causas que la produce así como a la situación económica en general. Por un lado el Presidente se pone una medalla diciendo antes de marcharse a un partido de fútbol que gracias a sus arduos esfuerzos ha arrancado de Europa una linea de crédito por importe de 100.000 millones de euros en condiciones muy ventajosas. Interpelado al respecto proclama que esa línea nada tiene que ver con un rescate, cuestión en la que coinciden sus ministros de Economía y Hacienda, coincidencia de criterio que algo tendrá que ver con aquello de que " el que se mueva no sale en la foto". El Sr. Barroso, Presidente de la UE, desmiente la gestión de nuestro Presidente aclarando que fue el quien impuso a España tal cuestión. Así las cosas, un tiempo después resulta que, 1º. No se ha solicitado formalmente su petición a las autoridades europeas correspondientes. 2º.Consecuentemente, si no se han negociado las condiciones del préstamo, mal podemos calificar como condiciones favorables los términos del mismo y 3º.Ahora dice nuestro Presidente, después de haberlo presentado como una panacea, que esa línea de crédito es una desgracia par España. Todo ello sin contar conque se nos ha dicho por activa y por pasiva, que después de la noticia de "concesión" de los 100.000 millones, así sin adjetivos, los mercados se calmarían . Como eso no ocurrió se acudió al argumentos de la indefinición de la situación griega y que después de sus elecciones los mercados recuperarían la confianza en España. Que si quieres arroz Catalina. Cualquier cosa menos decir la verdad, " a ese pueblo español maduro al que hay que decírsela por amarga que sea".Y esa verdad no es otra que los mercados no se fían de España S.A., por desconocer la situación real de su sistema financiero y porque es tal la profundidad del problema que dudan de nuestra capacidad para taparlo. Por si fuera poco lo dicho las autoridades europeas se están encontrando con un problema ex-novo  que no saben como tratar. Si a eso se suma la imagen de aficionados trapaceros que están dando nuestros dirigentes, apaga y vámonos.