sábado, 18 de agosto de 2012

LA SENSIBILIDAD DE LA DIPUTADA

La famosa sesión de la Cámara de diputados del 13 de julio, donde se dió a conocer tristemente con su actitud la diputada del PP,  cuyo nombre no merece la pena recordar, supuso una salida a hombros por la puerte grande del Presidente tras ser largamente ovacionado por los diputados de su partido una vez desgranados los recortes que supondrán un ahorro  para las arcas del estado del orden de 56.000 millones y pico de euros en el plazo de dos años y medio, cantidad de la que dentro de ese ejercicio de transparencia y comunicación prometidas como tantas otras cosas incumplidas, se han  enterado antes los que son capaces de leer inglés, que los españolitos de a pie, ovación decía, que ante lo incongruencia de la mísma - toda vez que se anunciaban medidas económicas que iban a suponer el empobrecimiento  de la mayor parte de la población - el PP se apresuró a justificar indicando que era un tributo a la valentía del Presidente que había sido capaz de tomar tan duras medidas sin que le temblara el pulso y por tanto la espada. Discutible coartada por el tufo que tiene a defensiva, pero lo que no es de recibo es la cara de inmensa satisfacción y alegria con la que sus compañeros recibieron la buena nueva, porque esa actitud era a todas luces obscena y en plena armonía con la tristemente famosa frase de la diputada antes citada. Expresiones de júbilo que volvieron a repetirse al día siguiente en el Congreso del PP celebrado en Granada, donde ya solo les faltó cortar la oreja de alguien. Una buena parte de nosotros tenemos a los italianos por un poco saltimbanquis, pero, que lección de cordura y sensiblidad nos dió la ministra de Trabajo italiana que ante el anuncio en su parlamento de medidas similares, no pudo contener sus lágrimas. Igualito que la diputada de marras.

R.Hidalgo Segurola

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